Equipo Doctoralia
El dolor en la región lumbar es muy común, pero puede tener diversas causas. Antes de iniciar un tratamiento para aliviar el dolor lumbar, es necesario determinar qué lo está provocando.
En algún momento de la vida, prácticamente todas las personas vamos a sufrir de dolor en la región lumbar (parte baja de la espalda). Lamentablemente, en muchos casos se trata de problemas crónicos. Por esta razón, debes estar al pendiente de los síntomas. Lee acerca de cuándo debes ir al médico y qué pruebas te pueden pedir.
En este artículo, también revisaremos:
La región lumbar de la columna vertebral es la que da soporte al abdomen y a la espalda. Se trata de la porción de la columna más susceptible a lesiones debido a que soporta la mayor parte del peso corporal. Para poder comprender las causas del dolor en el área lumbar, en esta sección revisaremos brevemente su anatomía.
La columna lumbar se compone de cinco vértebras ubicadas entre la pelvis y el tórax. Estas a su vez, son huesos con forma de anillo que protegen la médula espinal, es decir, la columna de nervios que conectan el cerebro con el resto del cuerpo. Entre las vértebras, se encuentran los discos intervertebrales cuya función es amortiguar y prevenir desgaste.
Los discos se componen de un núcleo pulposo y un anillo fibroso. El núcleo permite el movimiento de las vértebras, mientras que el anillo las protege y evita que se desplacen demasiado.
La causa más común de dolor en la región lumbar es la discopatía, es decir, la degeneración de los discos intervertebrales. Comienza en la adolescencia y progresa con la edad dependiendo de varios factores. Debido a sobrecargas y microtraumatismos (a los cuales la región lumbar está más expuesta), las fibras del anillo discal pueden romperse. En consecuencia, el núcleo pulposo se desplaza provocando así un dolor agudo y penetrante. Este dolor también se conoce como lumbago o lumbagia.
Por otro lado, la palabra ciática se refiere cuando el núcleo pulposo se desliza fuera de su posición central del disco intervertebral. En consecuencia, se comprimen los nervios de la médula espinal. Esto se manifiesta como dolor en la parte baja de la espalda que se extiende hacia las nalgas, las piernas e incluso los pies.
En algunos casos más severos, el anillo fibroso se rompe por completo de manera que se ejerce mayor presión en la médula espinal. Esto puede dañar los nervios y otro tipo de síntomas neurológicos.
El dolor en la región lumbar también puede estar causado por sobrecargas, contracturas de los músculos paraespinales así como lesiones en la columna (por ejemplo, fracturas). No obstante, en algunos casos el problema no está en el sistema musculoesquelético, por ejemplo:
Como puedes ver, existen diversas causas por las cuales puede aparecer el dolor de la zona lumbar. Por ello, es necesario contar con el diagnóstico correcto para poder iniciar un tratamiento eficaz. A menudo se requieren de pruebas de imagen como radiografía, tomografía computarizada o resonancia magnética.
Cuando el dolor en la región lumbar aparece al caminar, probablemente se trate de un problema en las articulaciones de la columna. No obstante, podría tratarse de una rotura del anillo fibroso cuando:
No obstante, el dolor de la zona lumbar también puede ser repentino, punzante, agudo y localizado. Si adicionalmente se intensifica con un movimiento suave y aparece después de una flexión brusca o al levantar un objeto pesado, puede indicar problemas en los músculos paraespinales.
Por otra parte, podría tratarse de una ciática si se irradia hacia la cadera y piernas. Los síntomas neurológicos que lo acompañan son: entumecimiento, hormigueo, debilidad en las piernas, disfunción sexual y dificultad para ir al baño.
Más de la mitad de las mujeres embarazadas sufren de dolor en la región lumbar a partir del segundo trimestre. Por fortuna, esto no significa que exista un problema en esta zona. Más bien se debe a que el crecimiento del útero provoca que cambie ligeramente el eje de la columna lumbar. En consecuencia, puede ocurrir una compresión de raíces nerviosas.
Para aliviar el dolor de la zona lumbar en el embarazo debes evitar la sobrecarga, utilizar calzado cómodo, dormir de lado colocando una almohada entre brazos y rodillas, así como realizar algunos ejercicios suaves. Estos últimos promueven una buena postura y te ayudan a relajarte.
En caso de que sea muy molesto, acude con tu médico. Probablemente te recete algún analgésico o te refiera con un fisioterapeuta.
La mayoría de las personas que sufren de dolor agudo de espalda baja evitan ciertas posturas o acciones que empeoran las molestias. Existen algunos remedios como reposar en ciertas posiciones corporales, utilizar compresas, almohadas al sentarse e incluso analgésicos. En consecuencia, puede haber mejoras en los próximos días. Sin embargo, es necesario acudir con un especialista si el dolor persiste o empeora. Además de las molestias, buscar atención médica es el primer paso para iniciar un tratamiento que pueda aliviar el dolor de la zona lumbar.
De igual manera, debes ir al doctor si, además del dolor, presentas:
Recuerda que para aliviar el dolor de la zona lumbar, el primer paso es buscar atención médica. Incluso vale la pena que consultes con un especialista antes de que las molestias empeoren.
En la consulta, el especialista te preguntará cuándo y bajo qué circunstancias aparecieron los síntomas, en dónde los sientes, así cómo si hay algo que los detone o alivie.
Un factor de riesgo se refiere a cualquier condición, hábito o circunstancia que incremente la probabilidad de presentar una enfermedad. En este caso, existen diversos factores que contribuyen a la aparición de dolor de la zona lumbar. Entre ellos están:
Durante la consulta médica, el doctor no sólo preguntará acerca de las condiciones anteriores, sino que también realizará una prueba física. Con ello, puede evaluar la fuerza muscular y los reflejos en la parte inferior del cuerpo (que indican el estado de las raíces nerviosas). De esta manera, el médico puede tocar la piel con un instrumento especial o dar pequeños golpes en algunas zonas. También te pedirá doblar y estirar las piernas así como levantarlas mientras te recuestas.
Si el especialista determina que el problema no es grave, probablemente te recete analgésicos y te indique algunos cambios en tu estilo de vida. Sin embargo, en caso de detectar signos de trastornos neurológicos, traumas, cambios inflamatorios o neoplásicos, probablemente te pida alguna prueba de imagen. Entre ellas se encuentran los rayos x (radiografías), la tomografía computarizada y la resonancia magnética.
Las radiografías se realizan principalmente después de lesiones o si hay sospecha de cáncer o patologías de la columna. Una radiografía de columna lumbar permite evaluar estructuras óseas y, por lo general, se realiza en varias proyecciones (de frente y de lado, por ejemplo).
A pesar de que la tomografía también utiliza rayos x, esta prueba es mucho más precisa. Por ello, el médico solicita esta prueba cuando una radiografía no es suficiente. Una TAC de columna lumbar detecta estenosis del canal espinal, cambios traumáticos, degenerativos y neoplásicos (cáncer). Además, es muy útil para una evaluación antes y después de una cirugía.
La TAC de columna lumbar también se realiza cuando un paciente no es candidato a una resonancia magnética. La tomografía computarizada (TC) muestra algunos tejidos blandos. Sin embargo, para realizarla es necesario emitir radiación ionizante, por lo que no debe repetirse con frecuencia ni llevarse a cabo en mujeres embarazadas.
La resonancia magnética (RM) de columna lumbar es el mejor método para examinar esta zona del cuerpo. Sin embargo, también es el más caro, tardado y no todos los centros de salud cuentan con esta tecnología.
Se puede realizar en mujeres embarazadas, ya que sólo utiliza un potente imán y ondas de radio. Esta técnica no sólo muestra huesos y tejidos blandos, sino que también permite ver la médula espinal y los vasos sanguíneos. Por ello, la resonancia magnética de columna lumbar ayuda a detectar hernias discales, lesiones purulentas, exudado articular, hematomas y tumores.
Afortunadamente, existen diversos tratamientos para aliviar el dolor lumbar. Sin embargo, el médico determina el tipo de intervención con base en el diagnóstico. A continuación mencionamos los principales tratamientos:
En algunos casos, para aliviar el dolor de la zona lumbar simplemente deberás reposar y tomar algunos medicamentos. Comúnmente recetan analgésicos y antiinflamatorios (pueden ser tomados o untados). También te pueden poner alguna inyección en el área lumbar o recetar un relajante muscular.
En situaciones más graves, se administran medicamentos para el dolor de la zona lumbar acompañados de rehabilitación. Esta siempre debe incluir fisioterapia.
Por su parte, la fisioterapia consiste en ejercicios de movimiento que deben realizarse tanto en casa como con un especialista. Es muy importante que seas constante en tus ejercicios, ya que es la única manera de garantizar resultados positivos. La fisioterapia puede incluir:
El tipo específico de tratamientos se selecciona según el tipo de enfermedad y teniendo en cuenta las contraindicaciones de un paciente determinado para tipos específicos de fisioterapia.
Únicamente del 0.5 al 2% de los pacientes con dolor de la zona lumbar requieren de una cirugía. Es necesaria cuando se presentan las siguientes condiciones:
Después de la cirugía, es necesario monitorear el estado del paciente si se trata de un proceso degenerativo. En estos casos, también es muy importante la implementación de medidas preventivas.
La cirugía permite estabilizar las vértebras y liberar la presión de la médula espinal. Por ello, tiene un gran impacto positivo ante el dolor de la zona lumbar.
Por último, no hay que olvidar que la medicina preventiva es la más efectiva y también la más económica. Cabe mencionar que este tipo de medidas implican cambios en el estilo de vida. Si ya sufres de dolor en la región lumbar, también puedes hacer este tipo de acciones (de preferencia con la supervisión de un especialista cuando se trate de ejercicio físico). A continuación te dejamos algunas recomendaciones:
Es muy importante que el ejercicio que realices te ayude a fortalecer los músculos que soportan y protegen la espada. Además, los ejercicios los debes realizar de una manera correcta y ergonómica. Por ejemplo, es mucho mejor fortalecer el abdomen con “planchas” que con “flexiones”, ya que estas últimas generan demasiada presión en los órganos.
Por otra parte, la corrección de postura no sólo depende de “enderezarse” de vez en cuando (¡de hecho eso puede ser peor!). Es necesario cambiar hábitos posturales como la manera en la que te sientas a trabajar y a qué altura tienes la pantalla de la computadora. Además, la corrección de postura se logra con ejercicios que fortalecen ciertos músculos que están demasiado débiles. Para ello, te recomendamos acudir con un especialista como un entrenador personal o un fisioterapeuta. Recuerda que la prevención es la medicina más efectiva y barata, incluso si ya sufres de dolor de la zona lumbar.
También puede interesarte Dolor en la nuca y cuello: causas y pruebas de imagen
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.