Equipo Doctoralia
El dolor en la nuca y cuello (región cervical) suele ser bastante común, pero puede presentarse debido a diferentes razones. Conoce más acerca de posibles causas, cómo se realiza un diagnóstico y qué tratamientos existen.
El dolor cervical puede tener distintas causas dependiendo de cada caso. En la actualidad, este problema es cada vez más frecuente debido a mala postura al utilizar dispositivos electrónicos. Si bien esto afecta a los músculos, ligamentos, vértebras, nervios y discos, no siempre es la causa principal.
Un diagnóstico acertado permite conocer la causa de este dolor (a veces acompañado con una movilidad reducida) para así poder iniciar un tratamiento. Recuerda que cada caso es diferente.
Con este artículo, aprenderás:
La columna cervical es la porción superior de la columna vertebral (también llamada espina dorsal). Es decir, la región de la columna que da soporte al cráneo y que se localiza en la nuca (la parte posterior del cuello).
La columna cervical se compone por 7 vértebras que protegen a la médula espinal. Entre cada una de ellas se localizan los discos intervertebrales.
Ver también Dolor en la región lumbar: causas, síntomas y diagnóstico
Las señales más obvias de que hay un problema en la columna cervical incluyen:
Los padecimientos pueden ser crónicos (aparecen paulatinamente y empeoran con el tiempo) o agudos (es repentino). En algunos casos, el dolor aparece ante ciertos movimientos, posiciones o al ejercer presión en cierta zona.
Además del dolor y la movilidad reducida, existen síntomas menos comunes como:
¿Cómo es esto posible? Recordemos que las vértebras cervicales protegen a los nervios que conectan el cerebro con el resto del cuerpo. De esta manera, cualquier anomalía puede presionar los nervios y desencadenar este tipo de sintomatología.
En muchas ocasiones, la causa de dolor en la nuca y cuello (cervicalgia) es una lesión. Estas pueden ocurrir después de un accidente de coche, deportes de contacto o agresiones físicas. Otras causas incluyen enfermedades degenerativas y reumáticas, factores genéticos, defectos posturales y de nacimiento, estilo de vida y envejecimiento.
Cuando se presentan síntomas neurológicos, posiblemente se está ejerciendo presión en algún nervio. Esta puede estar ocasionada por el desplazamiento de un disco intervertebral (hernia discal), cambios degenerativos así como tumores.
Vale la pena saber: el dolor en el cuello también puede asociarse a enfermedades dentales, infecciones respiratorias, cáncer en ganglios linfáticos e irritación de terminaciones nerviosas por cambios de temperatura.
Existen diversos factores que favorecen la aparición de problemas en la columna cervical. Entre ellos destacan:
Muchos problemas aparecen debido a que el cuello está expuesto a sobrecargas, tensiones y microtraumatismos constantemente durante muchos años. Estos incluyen desplazamientos y deformaciones de las estructuras anatómicas. A su vez, esto puede desencadenar espondilosis o discopatía.
Algunas acciones que puedes hacer para aliviar el dolor en la nuca y cuello incluyen:
Como puedes ver, puedes hacer algunos cambios en tu estilo de vida para prevenir o aliviar un poco las molestias en el cuello y en la nuca. No obstante, debes consultar a un especialista cuando:
Vale la pena saber: puedes pedir una consulta con ortopedista o con un fisioterapeuta. Un médico general también te puede referir al especialista adecuado. A veces, también es necesario visitar a un neurólogo o reumatólogo.
En la primera consulta médica, el especialista te hará algunas preguntas acerca de tu ocupación, estilo de vida, y también te pedirá que describas tus síntomas con detalle.
Además, te hará un examen físico para examinar la nuca y el cuello. El especialista buscará hinchazón, enrojecimiento o alguna anomalía visible. También te hará una palpación en el cuello y te pedirá mover la cabeza de cierta manera. Gracias al examen físico, el doctor puede evaluar fuerza muscular, rango de movimiento, entre otras cosas.
En muchas ocasiones, con esto basta para hacer un diagnóstico y planificar un tratamiento eficaz. Sin embargo, a veces es necesario realizar más pruebas, sobre todo ante la sospecha de cambios degenerativos y lesiones. Es posible que te pida algunas pruebas de sangre acompañadas con estudios de imagenología.
Los estudios de imagenología permiten visualizar las estructuras desde el interior del cuerpo. Gracias a estas pruebas, podemos identificar anomalías y cambios en los tejidos, así como su ubicación.
Las pruebas de imagen más comunes para examinar la columna cervical son:
Ultrasonido doppler de arterias carótidas y vertebrales - evalúa el flujo sanguíneo a través de los vasos sanguíneos del cuello. Se realiza ante sospecha de isquemia cerebral.
Ultrasonido de partes blandas - también conocido como ecografía de tejidos blandos, ayuda a visualizar músculos, ligamentos, tendones y ganglios linfáticos del área afectada.
Radiografía de columna cervical - utiliza rayos x para visualizar las vértebras cervicales. Es económica y rápida, pero no debe realizarse con demasiada frecuencia para evitar exposición innecesaria a la radiación.
La TAC de columna cervical también utiliza rayos x, pero en mayor cantidad. Muestra imágenes nítidas y detalladas de las vértebras cervicales así como de las estructuras a su alrededor. Se realiza en los siguientes casos:
Debido a la radiación, la TAC de columna cervical no debe realizarse con demasiada frecuencia ni en mujeres embarazadas.
Una resonancia magnética de columna cervical muestra tanto huesos como tejidos blandos. Además, es el mejor método para obtener imágenes de la médula espinal. Sin embargo, es un estudio caro y no todos los centros de salud cuentan con la tecnología necesaria. Esta prueba es más segura que una tomografía ya que no utiliza radiación, sino un potente imán y ondas de radio.
Gracias a la resonancia de columna cervical, podemos ver si algo ejerce presión sobre los nervios, diferenciar inflamación de cáncer así como diagnosticar discopatía o hernia discal. Por último, se puede realizar durante el embarazo.
Vale la pena saber: el dolor de columna lumbar es mucho más frecuente que el dolor en la nuca y cuello
Existen diversos tratamientos, terapias y procedimientos que pueden aliviar el malestar. Sin embargo, lo más importante para iniciar un tratamiento eficaz es contar con un diagnóstico completo y adecuado. Por esta razón es muy importante que acudas con un buen especialista.
En ocasiones, se realizan procedimientos quirúrgicos como la disectomía. Es decir, la extirpación de la parte desplazada de un disco intervertebral. Por otra parte, la vertebroplastia se realiza ante fracturas por compresión de las vértebras. Afortunadamente, estos procedimientos sólo se realizan en casos estrictamente necesarios.
Si bien el tratamiento para el dolor en la nuca y cuello depende de la causa, este puede incluir:
Por último, hay problemas degenerativos que lamentablemente no se pueden curar por completo. Sin embargo, con un tratamiento adecuado es posible detener o ralentizar el desarrollo de la patología. Además, se pueden reducir significativamente los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente.
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