Diabetes
Según la encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, existen en México 8.6 millones de personas con diabetes. Se calcula además que 14% de los adultos en México tienen prediabetes (estado previo a la enfermedad) y que de ellos, 7 de cada 10 progresarán a diabetes manifiesta. Esto sumado a que la Diabetes es causa importante de complicaciones cardiacas, renales, oculares y amputación de extremidades, hace necesario hacerle frente con un control estricto de la enfermedad. Esto se realiza individualizando a cada paciente con base a presencia o no de enfermedades asociadas para ofrecer el mejor tratamiento posible.Siempre existirán opciones de tratamiento para mitigar la enfermedad.
Síndrome del colon irritable (IBS)
Dolor abdominal, gases, diarrea o estreñimiento como una combinación de ambas son los síntomas clásicos del síndrome de colon irritable, trastorno bastante común en la población mexicana, sobre todo en mujeres jóvenes. A veces, el correcto diagnóstico y la respuesta al tratamiento, tienden a ser bastante demandantes. Lo primordial es la valoración integral, diferenciando el intestino irritable de muchos otros trastornos que simulan la enfermedad y que pudieran implicar mayor gravedad médica. A la par, en ocasiones, la ausencia de mejora clínica nos obliga a evaluar constantemente las opciones de tratamiento. Como internista estoy para orientarle en el alivio de su enfermedad.
Hipertensión
La hipertensión es una enfermedad frecuente que incrementa el riesgo de complicaciones. De los 40-69 años, un aumento de 20 mmHg para la presión sistólica y 10 para la diastólica por arriba de la presión óptima (<120/80) aumenta al doble el riesgo de presentar infarto cerebral o cardiaco. Sin embrago, existen variadas opciones de tratamiento. Hay medicamentos con perfil ideal para pacientes con diabetes, con colesterol alto, reducción en la oxigenación o falla del corazón o los que son más propicios en pacientes con ácido úrico elevado. La prescripción de cada uno de estos fármacos debe ser razonada con base a la evidencia científica, adecuado juicio clínico y tolerancia del paciente.