La ecografía es una técnica que usa los ultrasonidos para la formación de una imagen de la parte del organismo a estudio. Esta exploración no duplica la información obtenida en una mamografía sino que es una evaluación complementaria. Es muy útil para distinguir estructuras líquidas de sólidas, y por lo tanto se usa para detectar quistes (estructuras pequeñas rellenas de líquido) dentro de la mama. La mayoría de los exámenes ecográficos de la mama son realizados para complementar el resultado de una mamografía o un examen clínico que muestren anormalidad de la mama. No es necesaria preparación previa. Durante el examen, la paciente descansa en una camilla y se coloca gel en la mama examinada para facilitar la conductividad de los ultrasonidos. Con un pequeño artilugio denominado transductor, cuidadosamente el médico examina la mama. Se obtienen varias imágenes para documentar los hallazgos. El reconocimiento tarda aproximadamente 30 minutos.