Biopsia de tiroides guiada por ultrasonido

Durante el procedimiento, se utilizará un ultrasonido para localizar el nódulo tiroideo. Se limpiará la piel y se aplicará anestesia local. Luego, se insertará una aguja fina para extraer una muestra de tejido.

Los resultados suelen estar disponibles en una o dos semanas, dependiendo del laboratorio y la complejidad del análisis.

El procedimiento es generalmente bien tolerado. Se puede sentir una leve molestia o presión durante la inserción de la aguja, pero la anestesia local ayuda a minimizar el dolor.

Los candidatos ideales son aquellos con nódulos tiroideos sospechosos detectados en estudios de imagen, o cuando hay cambios en la función tiroidea que requieren un diagnóstico más preciso.

Después del procedimiento, se puede experimentar una leve molestia en el área de la punción. Se recomienda evitar actividades extenuantes durante 24 horas. Las instrucciones específicas serán proporcionadas por el médico.

No se requiere cuidado especial significativo. Se debe mantener el área limpia y seca, y seguir las indicaciones del médico. Si se presenta dolor, puede ser manejado con analgésicos de venta libre.

Las alternativas pueden incluir la observación y seguimiento con ultrasonido, pruebas de función tiroidea, o en algunos casos, cirugía. La elección de la alternativa dependerá de la evaluación médica y las características del nódulo.