Me siento culpable de tener relaciones ya q soy joven y mis papás no quieren y aún así lo hago con m
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Me siento culpable de tener relaciones ya q soy joven y mis papás no quieren y aún así lo hago con mi pareja, me siento culpable por eso y mala hija y empiezo a pensar en esos pensamientos obsesivos y a tener nerviosismo con algo de ansiedad me podéis dar un consejo.
Un saludo
Un saludo
Es normal que explores tu sexualidad y más con tu pareja. Las ideas de que está "mal", es por nuestra cultura machista. No hay anda de malo en tener relaciones consensuadas con tu pareja. Toma tus precauciones siempre y cuida de tu salud. Si los pensamientos son demasiado obsesivos y no te dejan disfrutar de tu vida es cuando debes acudir a psicoterapia.
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Lo que mencionas se llama rumia (popularmente se le conoce como sobrepensamiento) y es una de las características de la ansiedad, viene acompañaba de ideas y pensamientos irracionales, también suele acompañarse de temor o preocupaciones.
Todo esto tiene solución, por medio de técnicas y herramientas para la rumia, puedes aprender a desengancharte de esos sentimientos y emociones que te causan malestar.
Te invito a que me envíes mensaje o a qué agendes una sesión.
Saludos!
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Entiendo que lo que estás sintiendo es difícil y muy desgastante. La culpa que mencionas es normal cuando lo que hacemos entra en conflicto con las expectativas o creencias de las personas que queremos, como nuestros padres. Es importante recordar que estos sentimientos no hacen de ti una mala persona ni una mala hija, sino que reflejan lo mucho que te importa lo que ellos piensan y tu deseo de hacerlo bien.
Una parte del crecimiento personal implica tomar decisiones sobre lo que queremos en nuestras vidas, y eso puede generar conflictos internos. No estás haciendo nada malo al vivir tu sexualidad de forma responsable y en un contexto de respeto y amor con tu pareja. Sin embargo, el choque entre tus elecciones y las expectativas de tus padres puede generar estos pensamientos obsesivos que tanto te angustian.
Te doy algunas recomendaciones para manejar esta situación.
Acepta tus emociones sin juzgarlas: Es normal que sientas culpa, pero intenta verlo como una emoción que estás atravesando, no como una verdad sobre ti. No eres mala hija por elegir algo distinto a lo que tus padres esperan.
Cuestiona los pensamientos obsesivos: Los pensamientos no siempre reflejan la realidad. Puedes intentar escribir esos pensamientos cuando aparezcan y luego, de forma consciente, buscar argumentos que los cuestionen. Por ejemplo, si piensas "soy una mala hija", puedes reflexionar: ¿en qué momentos he demostrado lo contrario?
Práctica de la autocompasión: Habla contigo misma con la misma amabilidad y comprensión que tendrías con una amiga. Recordarte que no eres perfecta, que es normal equivocarse y que crecer implica aprender, puede ser un bálsamo para la culpa.
Comunica lo que sientes: Si tienes confianza con tus padres, podrías intentar hablarles desde tus emociones. No necesariamente para pedir permiso, sino para compartir cómo te sientes y buscar puntos de encuentro. Esto puede ser difícil, pero a veces expresar lo que llevamos dentro alivia la presión.
Buscar apoyo emocional: Si estos pensamientos y la ansiedad se vuelven muy abrumadores, hablar con un profesional de la salud mental podría ayudarte a encontrar estrategias más específicas para manejarlos y sentirte mejor contigo misma.
Recuerda que no estás sola y que mereces vivir tu vida de manera plena y en paz contigo misma. No es fácil navegar estas emociones, pero cada paso que das hacia la comprensión de ti misma es un avance importante.
Una parte del crecimiento personal implica tomar decisiones sobre lo que queremos en nuestras vidas, y eso puede generar conflictos internos. No estás haciendo nada malo al vivir tu sexualidad de forma responsable y en un contexto de respeto y amor con tu pareja. Sin embargo, el choque entre tus elecciones y las expectativas de tus padres puede generar estos pensamientos obsesivos que tanto te angustian.
Te doy algunas recomendaciones para manejar esta situación.
Acepta tus emociones sin juzgarlas: Es normal que sientas culpa, pero intenta verlo como una emoción que estás atravesando, no como una verdad sobre ti. No eres mala hija por elegir algo distinto a lo que tus padres esperan.
Cuestiona los pensamientos obsesivos: Los pensamientos no siempre reflejan la realidad. Puedes intentar escribir esos pensamientos cuando aparezcan y luego, de forma consciente, buscar argumentos que los cuestionen. Por ejemplo, si piensas "soy una mala hija", puedes reflexionar: ¿en qué momentos he demostrado lo contrario?
Práctica de la autocompasión: Habla contigo misma con la misma amabilidad y comprensión que tendrías con una amiga. Recordarte que no eres perfecta, que es normal equivocarse y que crecer implica aprender, puede ser un bálsamo para la culpa.
Comunica lo que sientes: Si tienes confianza con tus padres, podrías intentar hablarles desde tus emociones. No necesariamente para pedir permiso, sino para compartir cómo te sientes y buscar puntos de encuentro. Esto puede ser difícil, pero a veces expresar lo que llevamos dentro alivia la presión.
Buscar apoyo emocional: Si estos pensamientos y la ansiedad se vuelven muy abrumadores, hablar con un profesional de la salud mental podría ayudarte a encontrar estrategias más específicas para manejarlos y sentirte mejor contigo misma.
Recuerda que no estás sola y que mereces vivir tu vida de manera plena y en paz contigo misma. No es fácil navegar estas emociones, pero cada paso que das hacia la comprensión de ti misma es un avance importante.
Hola, te invito a reflexionar sobre los cordones de seda y los personajes que en ocasiones los hijos se tienen que inventar para agradar a los padres. Y van por ahí conduciéndose por la vida con una máscara puesta, ficticia, nada que ver con la realidad. La sociedad le pide al ser humano una lista interminable de condiciones para moverse en su seno. Reglas, juicios, prejuicios, apariencias. Si logras aprender a jugar a este juego, eres una persona normal, sino le atoras eres anormal. Y bueno esto se tiene que llamar de alguna manera, casi siempre ponen el nombre de éxito, prestigio; incluso bondad. A esto es a lo que se le denomina "ser bueno". Lo primero que te sucede cuando sueltas las ideas de todos para procurarte ideas propias es que te sientes culpable. Como si estuvieras traicionando al mundo entero. Sin embargo, lo peor es cuando esas ideas, que no te permiten ser tú misma y que te fatigan el alma, te las ha obsequiado tu familia. ¿En dónde dice que tienes que ser intachable? Las mamás en ocasiones solemos ponerles a los hijos un cordón de seda, como si fuera un distintivo de impecabilidad. Desde la más tierna infancia muchos de nosotros nos creímos eso de hacernos ver o hasta convencernos de que nuestras acciones lastiman y que preferentemente deben de estar apuntadas a hacer sentir bien. Si hacemos lo que otros esperan de nosotros tenemos asegurados su sonrisa, su aprobación. Sin embargo, si realizamos un acto "osado" (ejercer tus derechos sexuales como lo estás haciendo tu, y se vale) que resulte distinto a los que es según permitido, nos encontraremos con semblantes tristes, apagados, que seguramente te dejaran de hablar y te ignoraran. Muchas personas aprendimos desde muy pequeños a complacer y a velar por lo que para otros representa su felicidad y aprobación. La gran mayoría insisten en ser madres y padres de hijos "buenos" que aciertan y que son felices. Porque de la forma de vivir y de ser de sus hijos depende su reputación como padres. Tu vida sexual, es tuya, tu decides lo que es valido para ti.
Es completamente normal sentirse así cuando se experimenta un conflicto entre lo que uno siente y desea, y las expectativas de los demás, especialmente de los padres. Es importante que sepas que no estás sola y que muchas personas han pasado por situaciones similares. Es natural sentir culpa cuando creemos que hemos hecho algo que desaprueba una figura importante para nosotros, como nuestros padres. Sin embargo, es importante recordar que tú tienes el derecho a tomar tus propias decisiones sobre tu cuerpo y tu vida sexual, siempre y cuando sean responsables. El miedo a las consecuencias, a la desaprobación y a las posibles reacciones de tus padres puede generar ansiedad. Lo reitero, es normal sentirse nerviosa y preocupada. Los pensamientos obsesivos pueden surgir como una forma de lidiar con la culpa y la ansiedad. Es importante aprender a reconocerlos y a no dejar que te controlen. Es ampliamente recomendable buscar apoyo con un profesional de la salud mental. Él puede ofrecerte una perspectiva diferente y ayudarte a procesar tus emociones. Quedo a tus órdenes.
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Hola buenas tardes, gracias por compartirnos tu experiencia, existen muchos tabos sobre el tener relaciones sexuales en las familias o religiones, pero no tiene nada de malo, siempre y cuando sean consensuadas, exista conciencia y se cuiden mediante métodos anticonceptivos, tanto hombres y mujeres tienen la libertad de disfrutar una vida sexual plena y segura, saludos.
Es normal que sientas culpa por las expectativas de tus padres, pero recuerda que tus decisiones son parte de tu crecimiento personal y no te hacen una “mala hija.” Reflexiona sobre lo que realmente deseas y sobre tus valores, sin juzgarte. Si los pensamientos obsesivos y la ansiedad persisten, podrías hablar con un profesional para entender y manejar mejor esas emociones. Es importante que te sientas en paz contigo misma.
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