El trauma psicólogico puede tener efecto en el cuerpo? De pequeño se metieron a mi casa una noche i
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El trauma psicólogico puede tener efecto en el cuerpo?
De pequeño se metieron a mi casa una noche ilegalmente, me separaron de mi madre. Por meses estuve viviendo de casa en casa, donde era considerado como indeseado.
Tuve miedo por varios años mientras crecía tenía miedo de:
*Los perros
*La oscuridad
*Ciertos olores y sonidos inmediatamente me recordaba aquello
*El frío
*Las personas
Algunos he logrado superar y otros simplemente puedo controlar.
Mi reacción simplemente me paralizó, siento como mi cuerpo se tensa, tengo ganas de llorar, mucho miedo, siento que me voy a desmayar y a veces me da taquicardia.
De pequeño se metieron a mi casa una noche ilegalmente, me separaron de mi madre. Por meses estuve viviendo de casa en casa, donde era considerado como indeseado.
Tuve miedo por varios años mientras crecía tenía miedo de:
*Los perros
*La oscuridad
*Ciertos olores y sonidos inmediatamente me recordaba aquello
*El frío
*Las personas
Algunos he logrado superar y otros simplemente puedo controlar.
Mi reacción simplemente me paralizó, siento como mi cuerpo se tensa, tengo ganas de llorar, mucho miedo, siento que me voy a desmayar y a veces me da taquicardia.
Lamento mucho que hayas pasado por experiencias tan dolorosas. Los traumas infantiles pueden tener efectos profundos tanto en la mente como en el cuerpo, incluso muchos años después de haber ocurrido. El cuerpo y la mente están profundamente conectados, por lo que el trauma psicológico no solo impacta las emociones y el comportamiento, sino también la salud física.
Los síntomas que describes, como la tensión muscular, el miedo intenso, la taquicardia, las ganas de llorar y el sentimiento de parálisis, son reacciones comunes en personas que han vivido eventos traumáticos. Esto sucede porque cuando vivimos situaciones de peligro, el cuerpo activa una respuesta de "lucha o huida". Si el trauma se presenta en la infancia, el sistema nervioso puede quedar "hipersensible" a estímulos que le recuerden al evento traumático, incluso si el peligro real ya no está presente.
Aquí hay algunas maneras en que el trauma psicológico afecta físicamente:
Respuesta fisiológica automática: Cuando el cuerpo recuerda un trauma, puede reaccionar con síntomas físicos como el aumento del ritmo cardíaco, sudoración, tensión muscular y hasta náuseas. Estos son intentos del cuerpo por prepararse para enfrentar un peligro, aunque este no sea real.
Memoria somática: El cuerpo “guarda” ciertas memorias de trauma en forma de sensaciones. Los olores, sonidos, lugares, y hasta temperaturas (como el frío) pueden desencadenar recuerdos dolorosos que provocan una respuesta física.
Impacto en el sistema nervioso: La exposición prolongada al estrés o trauma infantil puede hacer que el sistema nervioso permanezca en estado de alerta, llevando a problemas como ansiedad crónica, hipervigilancia y respuestas físicas intensas cuando el cuerpo detecta algo que asocia con el trauma.
Desregulación emocional: La capacidad para regular las emociones se ve afectada, lo que hace que sea más fácil caer en estados de parálisis o disociación (sentirse desconectado del entorno o del propio cuerpo), especialmente en situaciones que activan los recuerdos traumáticos.
Riesgo para la salud física a largo plazo: El trauma puede contribuir a problemas de salud crónicos como enfermedades cardíacas, problemas digestivos, y dolores musculares, ya que el cuerpo está sometido a un estrés constante que desgasta sus sistemas.
Superar o manejar los efectos físicos y emocionales del trauma puede ser un proceso complejo, pero existen enfoques terapéuticos que pueden ayudarte a sanar y a reducir las reacciones físicas y emocionales, como la terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular), la terapia somática o prácticas de atención plena. Cada persona responde de forma distinta, pero con ayuda adecuada, muchos logran recuperar una sensación de seguridad y control en sus cuerpos.
Los síntomas que describes, como la tensión muscular, el miedo intenso, la taquicardia, las ganas de llorar y el sentimiento de parálisis, son reacciones comunes en personas que han vivido eventos traumáticos. Esto sucede porque cuando vivimos situaciones de peligro, el cuerpo activa una respuesta de "lucha o huida". Si el trauma se presenta en la infancia, el sistema nervioso puede quedar "hipersensible" a estímulos que le recuerden al evento traumático, incluso si el peligro real ya no está presente.
Aquí hay algunas maneras en que el trauma psicológico afecta físicamente:
Respuesta fisiológica automática: Cuando el cuerpo recuerda un trauma, puede reaccionar con síntomas físicos como el aumento del ritmo cardíaco, sudoración, tensión muscular y hasta náuseas. Estos son intentos del cuerpo por prepararse para enfrentar un peligro, aunque este no sea real.
Memoria somática: El cuerpo “guarda” ciertas memorias de trauma en forma de sensaciones. Los olores, sonidos, lugares, y hasta temperaturas (como el frío) pueden desencadenar recuerdos dolorosos que provocan una respuesta física.
Impacto en el sistema nervioso: La exposición prolongada al estrés o trauma infantil puede hacer que el sistema nervioso permanezca en estado de alerta, llevando a problemas como ansiedad crónica, hipervigilancia y respuestas físicas intensas cuando el cuerpo detecta algo que asocia con el trauma.
Desregulación emocional: La capacidad para regular las emociones se ve afectada, lo que hace que sea más fácil caer en estados de parálisis o disociación (sentirse desconectado del entorno o del propio cuerpo), especialmente en situaciones que activan los recuerdos traumáticos.
Riesgo para la salud física a largo plazo: El trauma puede contribuir a problemas de salud crónicos como enfermedades cardíacas, problemas digestivos, y dolores musculares, ya que el cuerpo está sometido a un estrés constante que desgasta sus sistemas.
Superar o manejar los efectos físicos y emocionales del trauma puede ser un proceso complejo, pero existen enfoques terapéuticos que pueden ayudarte a sanar y a reducir las reacciones físicas y emocionales, como la terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular), la terapia somática o prácticas de atención plena. Cada persona responde de forma distinta, pero con ayuda adecuada, muchos logran recuperar una sensación de seguridad y control en sus cuerpos.
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Hola buenas noches, gracias por compartirnos tu experiencia, desde luego que después de haber tenido un trauma lo puede reflejar tu cuerpo, hay emociones que las expresamos mediante nuestro cuerpo de forma asintomática, debido a la situación que describes te recomiendo iniciar tu proceso psicoterapéutico para que trates la situación que viviste, puedas sanar lo que te paso cuando eras niño y puedas gestionar de mejor manera tus emociones, quedo a tus ordenes, saludos.
Hola, buenas noches. Respondiendo a su pregunta, lo que usted experimenta probablemente es un trauma psicológico el cual puede tener efectos en su cuerpo, por lo que lo anterior se define como efectos psicosomáticos. Sin embargo, no sin considerar antes su preocupación ante los síntomas que refiere, lo anterior es tratable mediante terapia psicológica ajustada a sus objetivos y necesidades, una terapia centrada en soluciones cortada a su medida. Por tanto, le sugiero que consulte con un especialista en el tema.
Lamento mucho lo que te pasó. Es normal que experimentes tensión, taquicardia e intranquilidad. El cuerpo siempre va a reaccionar a nuestras emociones, en tu caso lo percibe como si estuvieras en peligro y te prepara para pelear o huir. Aunque no exista un peligro real en este momento, el cuerpo reaccionará como lo hizo cuando estabas pequeño. Es un mecanismo de supervivencia. Es importante que acudas con un profesional para poder controlar esta reacción para wue deje de presentarse en situaciones indeseables. La terapia es tu mejor herramienta para lograrlo. No dudes en acercarte a tu psicólogo de confianza.
Lo que describes se alinea con lo que muchas personas experimentan tras eventos traumáticos. Son respuestas físicas naturales de tu sistema nervioso que actúa como si el peligro aún estuviera presente, incluso cuando no lo está. Disparadores como ciertos olores, sonidos, la oscuridad o el frío pueden activar esas memorias implícitas del trauma, generando reacciones físicas como parálisis, miedo o ganas de llorar. El estrés prolongado también puede manifestarse en el cuerpo con tensión constante o malestares físicos.
En terapia podríamos trabajar en reconocer que estas reacciones son normales, ayudándote a desarrollar compasión hacia ti mismo, entrenar técnicas de relajación y cuidado físico, y explorar tus emociones para afrontar mejor los disparadores. Esto te permitirá sentirte más seguro y en control de tu cuerpo. Saludos.
En terapia podríamos trabajar en reconocer que estas reacciones son normales, ayudándote a desarrollar compasión hacia ti mismo, entrenar técnicas de relajación y cuidado físico, y explorar tus emociones para afrontar mejor los disparadores. Esto te permitirá sentirte más seguro y en control de tu cuerpo. Saludos.
Hola, gracias por compartir. Sí, en efecto. Un trauma psicológico favorece la presencia de síntomas en el cuerpo. Tu presenciaste una situación traumatizante que imagino, no ha sido tratada. Es por eso que los síntomas continúan presentándose. Te sugiero agendar cita con un psicólogo para trabajar ese trauma que viviste. Al analizarlo, eventualmente los síntomas irán disminuyendo. Estoy para servirte. Saludos.
Claro, el trauma psicológico se expresa en muchas cosas en la vida, en cómo se siente el cuerpo ante algunas situaciones, emociones, cosas que ve, escucha, siente lo puede activar.
Tengo experiencia trabajando con pacientes con estos efectos que son como consecuencia de una situación Traumática.
Tengo experiencia trabajando con pacientes con estos efectos que son como consecuencia de una situación Traumática.
Tu experiencia parece estar relacionada con un proceso de estrés postraumático. El trauma psicológico, especialmente en la niñez, puede dejar una "huella" en el cuerpo, y tus reacciones actuales (como la tensión, el miedo, la taquicardia, y otros síntomas físicos) son comunes en personas que han pasado por experiencias de trauma. Desde una perspectiva de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), uno de los objetivos principales sería cambiar la relación que tienes con esos recuerdos y reacciones corporales, en lugar de intentar evitar o suprimir las sensaciones o pensamientos relacionados con el trauma. Aquí, la aceptación y la defusión cognitiva (distanciarte de los pensamientos) son herramientas importantes. Aceptar no significa resignarse, sino permitirte experimentar los recuerdos o sensaciones sin intentar forzarlos a desaparecer.
El trauma psicológico, especialmente cuando ocurre en la infancia, puede tener efectos profundos en el cuerpo que se manifiestan incluso muchos años después. Experiencias traumáticas como la que viviste pueden causar respuestas de miedo y tensión corporal ante ciertos desencadenantes, como sonidos, olores o situaciones similares a las del trauma original. Las reacciones físicas que describes —parálisis, tensión muscular, taquicardia, ganas de llorar— son respuestas naturales de tu cuerpo ante el recuerdo de ese miedo intenso.
Este proceso es común y se relaciona con cómo el cerebro procesa experiencias traumáticas, dejando una “huella” en el sistema nervioso que puede activarse ante estímulos específicos. Con terapia, es posible trabajar estas respuestas, comprenderlas y eventualmente reducir su impacto en tu vida cotidiana. Un psicólogo puede ayudarte a explorar estas experiencias y aprender herramientas para regular estas reacciones corporales.
El trauma emocional siempre va atener un impacto en el cuerpo ya que ahí también se gurda en la memoria corporal el suceso. es importante reconocer los detonantes y generar herramientas para la autoregulación.
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