Dr. Gabriel Piñera Flores

Terceros molares o molares del juicio

Un diente supernumerario es un diente adicional que aparece en la boca, fuera del número esperado de dientes permanentes. Generalmente, los humanos tienen 32 dientes permanentes, pero los dientes supernumerarios exceden esta cantidad y pueden surgir en cualquier parte de la arcada dental. Los tipos más comunes son los mesiodens, ubicados entre los dientes centrales superiores, y los distodens, situados cerca de los terceros molares. La causa principal de los dientes supernumerarios es un desarrollo anómalo de los gérmenes dentales, que puede ser influenciado por factores genéticos, como ciertos síndromes (por ejemplo, el síndrome de Gardner). Estos dientes adicionales pueden ser pequeños, de forma cónica o similar a los dientes normales, y a veces se desarrollan sin causar problemas, pero en otros casos pueden interferir con el alineamiento de los dientes, causando apiñamiento dental o problemas estéticos. El diagnóstico se realiza mediante radiografías, que permiten detectar dientes que no son visibles clínicamente. En algunos casos, los dientes supernumerarios no causan síntomas, pero cuando afectan la erupción de otros dientes o generan dolor, pueden requerir extracción. El tratamiento depende de la ubicación y el impacto del diente supernumerario en la salud dental general. Aunque no se puede prevenir su aparición, la detección temprana y el monitoreo constante pueden evitar complicaciones. Las radiografías periódicas y los exámenes dentales regulares son fundamentales para identificar y tratar los dientes supernumerarios antes de que causen problemas graves. Causas de los Dientes Supernumerarios La aparición de dientes supernumerarios puede deberse a diversas razones, tanto genéticas como ambientales: Factores genéticos: La presencia de dientes supernumerarios puede ser hereditaria. En algunos casos, se ha encontrado que ciertas condiciones genéticas o síndromes, como el síndrome de Gardner, están asociadas con la formación de dientes adicionales. Desarrollo anómalo del germen dental: Durante el desarrollo de los dientes, si un germen dental (la "semilla" que da lugar a un diente) se divide o se forma de manera anómala, puede dar lugar a dientes adicionales. Síndromes y condiciones médicas: Algunas condiciones como el síndrome de Down o el síndrome de cleft palate pueden aumentar la probabilidad de dientes supernumerarios. El síndrome de Gardner, que afecta el crecimiento de los huesos y otros tejidos, también está relacionado con la aparición de dientes adicionales.

Un implante dental es una opción moderna y eficaz para reemplazar un diente perdido. Es un pequeño tornillo, generalmente hecho de titanio, que se coloca en el hueso de la mandíbula o el maxilar, sustituyendo la raíz del diente natural que se ha perdido o extraído. Este tornillo actúa como una base estable sobre la cual se coloca una corona, puente o dentadura, proporcionando una solución duradera y funcional para quienes han perdido uno o varios dientes. A diferencia de las prótesis tradicionales (como las dentaduras postizas o los puentes), los implantes dentales no requieren que se afecten los dientes adyacentes. Mientras que los puentes necesitan que se desgasten los dientes cercanos para colocar una estructura, los implantes se colocan directamente en el hueso, lo que les otorga una mayor estabilidad y funcionalidad. Además, al reemplazar la raíz del diente, el implante ayuda a preservar el hueso de la mandíbula, evitando su pérdida con el tiempo, algo que sí ocurre cuando se pierde un diente sin reemplazo. El proceso para colocar un implante dental generalmente ocurre en varias fases: 1. Colocación del implante: Se realiza una cirugía para insertar el tornillo de titanio en el hueso de la mandíbula. Esta fase suele requerir anestesia local y puede implicar un tiempo de recuperación de varios meses para que el implante se integre adecuadamente con el hueso en un proceso llamado osteointegración. 2. Colocación de la corona: Una vez que el implante se ha integrado al hueso, se coloca una corona dental que imita el aspecto y función de un diente natural. Esta corona es personalizada para adaptarse perfectamente a tu boca. Los beneficios de los implantes dentales incluyen: • Funcionalidad similar a los dientes naturales: Permiten masticar, hablar y sonreír de forma completamente natural. • Durabilidad: Los implantes están hechos de materiales resistentes, como el titanio, y pueden durar muchos años, incluso toda la vida, si se cuidan adecuadamente. • Mejora estética: Los implantes se ven y sienten como dientes naturales, lo que mejora la apariencia y la confianza. • Preservación ósea: Al reemplazar la raíz dental, los implantes evitan la pérdida de hueso en la mandíbula, que es común cuando se pierden dientes. En resumen, los implantes dentales son una alternativa excelente y eficaz para la rehabilitación dental, ofreciendo una solución permanente, estética y funcional para quienes han perdido dientes debido a caries, enfermedad periodontal o lesiones.

La fase quirúrgica de un implante dental es el primer paso para reemplazar un diente perdido. Durante este procedimiento, el dentista coloca un tornillo de titanio en el hueso de la mandíbula o maxilar, que actúa como la raíz artificial del diente. Aunque la idea de una cirugía puede sonar preocupante, es un procedimiento común y bien tolerado, realizado bajo anestesia local, lo que significa que no sentirás dolor durante la intervención. 1. Evaluación previa Antes de la cirugía, el dentista realiza una evaluación completa, que incluye radiografías y una revisión del estado general de tu salud. En algunos casos, si el hueso no es suficiente para soportar el implante, se puede necesitar un injerto óseo previo. 2. Anestesia y preparación El procedimiento comienza con la administración de anestesia local para adormecer el área donde se colocará el implante. El dentista limpiará cuidadosamente la zona para evitar infecciones durante la cirugía. 3. Incisión en las encías El dentista realiza una incisión pequeña en la encía para exponer el hueso subyacente. Este paso permite acceder al área donde se insertará el implante. En algunos casos, la incisión puede ser algo más grande, dependiendo de la ubicación del implante. 4. Colocación del implante Una vez expuesto el hueso, el dentista utiliza herramientas especiales para perforarlo y crear el espacio adecuado para insertar el implante de titanio. El implante se coloca cuidadosamente en el hueso y se fija. El titanio es un material biocompatible, lo que significa que se integra bien con el hueso, en un proceso llamado osteointegración. 5. Cierre de la encía Tras colocar el implante, el dentista cierra la incisión con suturas, que suelen ser absorbibles, por lo que no es necesario retirarlas. La zona tratada se protegerá durante la recuperación. 6. Recuperación El proceso de integración del implante con el hueso puede tardar entre 3 y 6 meses. Durante este tiempo, es importante seguir las instrucciones del dentista para evitar infecciones y garantizar que el implante se fije correctamente. En resumen, la fase quirúrgica de un implante dental consiste en colocar un tornillo de titanio en el hueso para sustituir la raíz de un diente perdido, y tras una fase de cicatrización, se colocará una corona que restaurará la función y estética dental. Si estás considerando un implante dental o quieres saber más sobre cómo este tratamiento puede mejorar tu salud bucal, te invitamos a agendar una consulta con nosotros. Nuestro equipo de profesionales te guiará en cada paso del proceso y resolverá todas tus dudas. ¡No esperes más para recuperar tu sonrisa! Contácteme para programar tu cita y comenzar tu tratamiento.

FASE 2. Rehabilitar un implante dental o colocarle la corona protésica es el proceso final para completar el tratamiento de un implante dental y restaurar la funcionalidad y estética del diente perdido. Después de que se coloca el implante dental, que es el pequeño tornillo de titanio que se inserta en el hueso de la mandíbula o maxilar, hay un período de espera para que el implante se integre correctamente al hueso en un proceso llamado osteointegración. Este proceso puede tardar entre 3 a 6 meses, dependiendo de cada paciente. Una vez que el implante ha sanado y se ha fusionado con el hueso, es el momento de colocar la corona protésica. La corona es la parte visible del diente que reemplaza la parte que falta, y se coloca sobre el implante para restaurar su función y apariencia. Pasos del proceso para colocar la corona protésica: 1. Evaluación y planificación: Antes de colocar la corona, el dentista evalúa que el implante esté completamente integrado al hueso y que el área esté lista para recibir la corona. A veces, se toman radiografías o se realiza una revisión clínica para asegurarse de que todo esté en su lugar. 2. Toma de impresiones: Para fabricar una corona que se ajuste perfectamente al implante, el dentista toma impresiones de tu boca. Esto puede implicar una impresión tradicional con material de molde o el uso de tecnología digital para obtener un modelo 3D preciso. 3. Colocación del pilar: El siguiente paso es colocar un pequeño componente llamado pilar o abutment sobre el implante. Este pilar sirve como la base para la corona y se fija firmemente al implante. El dentista puede necesitar ajustar el pilar para asegurarse de que quede en la posición correcta y que la corona tenga un ajuste preciso. 4. Fabricación de la corona: La corona protésica, que puede ser de porcelana, cerámica o materiales compuestos, se fabrica según las impresiones o el modelo digital que se tomó previamente. La corona está diseñada para coincidir con el tamaño, forma y color de los dientes naturales circundantes, asegurando un resultado estético que se vea natural. 5. Colocación final de la corona: Una vez que la corona está lista, el dentista la prueba para asegurarse de que encaje correctamente en la boca y que el ajuste sea adecuado para masticar y hablar cómodamente. Después de realizar cualquier ajuste necesario, la corona se fija permanentemente al pilar mediante un adhesivo dental especial. Beneficios de rehabilitar el implante con la corona: • Estética: La corona se ve y se siente como un diente natural, restaurando tanto la función como la apariencia. • Funcionalidad: Permite masticar y hablar con total normalidad, ya que el implante y la corona trabajan juntos como un diente natural. • Durabilidad: Si se cuidan adecuadamente, los implantes y coronas pueden durar muchos años, proporcionando una solución permanente para los dientes perdidos. En resumen, rehabilitar un implante dental y colocarle la corona protésica es el proceso final para devolver la apariencia y la funcionalidad a tu sonrisa, utilizando una solución segura, duradera y estética que actúa como un reemplazo permanente para un diente perdido.