El infarto de miocardio es el cese del flujo sanguíneo al músculo cardíaco. Se debe a la oclusión de una o varias arterias coronarias por un trombo. La interrupción del flujo provoca la muerte de las células de la zona, causando que el paciente presente, de manera súbita, dolor torácico opresivo, ansiedad, palpitaciones, sudoración, disnea... Debe buscarse asistencia sanitaria de inmediato para reducir al mínimo el daño miocárdico. Posteriormente al episodio deberán evaluarse las secuelas sufridas y la función cardíaca que se mantiene, y administrar tratamiento profiláctico para evitar otros eventos.