Se conoce como abceso al acúmulo de pus, en cualquier localización, causado por una infección localizada bacteriana o parasitaria. En la zona afectada puede observarse enrojecimiento, fluctuación y dolor, y a nivel sistémico pueden aparecer fiebre y escalofríos. Para reconocer el tipo de microorganismo que ha provocado el abceso puede obtenerse contenido del mismo y analizarse para ajustar la terapia antibiótica más adecuada. En ciertos casos se requiere drenar el abceso (extraer el pus de manera quirúrgica).