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La resonancia magnética de mama, o mamografía por resonancia magnética (RM), es una herramienta importante en la lucha contra el cáncer de mama. En este artículo presentamos más información importante al respecto.
La resonancia magnética de mama es un valioso complemento a estudios como la mamografía tradicional (mastografía) y el ultrasonido mamario. La resonancia ofrece muchas ventajas sobre estas dos técnicas, pero lamentablemente, no todos pueden someterse a este estudio. En este texto también aprenderás acerca de:
La resonancia magnética, abreviada como RM, es un estudio tan preciso que permite diagnosticar lesiones mamarias tan pequeñas que en otros estudios son indetectables. A diferencia de la mamografía convencional, no utiliza rayos x (potencialmente dañinos tras mucha exposición). En cambio, se utilizan ondas de radio y un campo magnético que son tan seguros como para realizar con cualquier frecuencia e incluso con mujeres embarazadas a partir del segundo trimestre.
Generalmente es con pacientes que tienen mayor riesgo de presentar cáncer de mama y que por ello deben revisarse con más frecuencia. Si el riesgo es muy grande, la resonancia de mama puede ser una prueba de detección básica. El riesgo de presentar cáncer de mama aumenta cuando:
La resonancia magnética de la mama es una prueba común para evaluar las mamas tras una mastectomía (cirugía de extirpación de la mama) o de haber colocado implantes. La RM permite observar la cicatrización de las heridas postoperatorias o la posible reaparición de un tumor extraído.
Cuando hay implantes, éstos pueden obstruir la visibilidad de forma que la RM es una excelente herramienta. De igual manera, permite valorar si los implantes están rotos o fuera de su sitio.
Cuando hay sospecha de cambios neoplásicos, se utiliza un medio de contraste, es decir, una sustancia que mejora la visibilidad de las estructuras.
Ver también: Prevención del cáncer de mama: ¿qué pruebas se deben realizar y con qué frecuencia?
Cuando el estudio es contrastado, es importante verificar que los riñones funcionan adecuadamente con un estudio de creatinina en sangre (el resultado no debe tener más de 14 días). Esto se debe a que el contraste se elimina del cuerpo por medio de la orina.
Nota: si el paciente sufre de insuficiencia renal, podría realizarse una resonancia magnética ponderada por difusión, una alternativa al medio de contraste.
Otra preparación es acudir en un ayuno mínimo de 6 horas así como presentar resultados anteriores. Se recomienda llevar ropa holgada y sin elementos metálicos como botones, hebillas, lentejuelas o estampados metálicos. De igual manera, no se debe usar maquillaje, loción corporal iluminadora, productos para cabello, etc., ya que pueden tener partículas metálicas que afecten los resultados.
Nota: objetos como llaves, joyas, teléfonos, relojes y pasadores para el cabello pueden representar una amenaza para el paciente y para el equipo médico. Por esa razón, se deben dejar fuera de la sala. Por otra parte, las tarjetas de pago pueden desmagnetizarse por lo que es mejor dejarlas fuera.
El movimiento o calentamiento de los objetos metálicos presentes en el cuerpo pueden dañar a los tejidos circundantes. Además, los dispositivos electrónicos implantados pueden descomponerse al ser sometidos a un fuerte campo magnético. Por esta razón, no se realiza una resonancia si el paciente tiene:
El maquillaje permanente o un tatuaje hecho con tintes que contienen partículas metálicas también pueden ser un problema.
Nota: los implantes modernos y algunos aparatos de ortodoncia ahora se fabrican de tal manera que no constituyen un obstáculo para la resonancia magnética. Sin embargo, el radiólogo supervisor debe estar absolutamente seguro de esto. Por esta razón, se debe presentar una documentación que describa el material de fabricación y certifique la compatibilidad con la resonancia magnética.
Una contraindicación relativa para la mamografía por RM es haber sido someido recientemente a una biopsia. Esto es un procedimiento quirúrgico para extraer y analizar un fragmento de tejido. Lo mejor es realizar la resonancia mamaria entre 6 y 12 semanas después de dicha cirugía (el tiempo de espera depende de cómo haya sido la biopsia). Esto se debe a que puede aparecer inflamación y hematomas que pueden alterar la interpretación de resultados. Por otra parte, el estudio es más preciso cuando se realiza entre el día 6 y el día 13 del ciclo menstrual. En el caso de pacientes mayores, debe pasar un mes tras suspender la terapia de reempzo hormonal.
El precio puede oscilar entre los 3,000 y 6,500 pesos mexicanos dependiendo del centro diagnóstico y de si lleva medio de contraste. En el siguiente sitio web se puede visualizar una lista de centros diagnósticos que ofrecen este estudio, así como también agendar una cita para una resonancia de mama.
Debido al alto costo y la poca disponibilidad de este estudio, las pruebas básicas siguen siendo el ultrasonido mamario y la mamografía convencional. Sin embargo, cuando no proporcionan resultados claros y no es posible realizar una biopsia, la resonancia magnética puede ser decisiva. Por otra parte, puede ser de gran utilidad para planificar la biopsia.
Una vez diagnosticado el cáncer, la mamografía por resonancia magnética se puede realizar en los siguientes casos:
Como ya se mencionó, la resonancia magnética de los senos se puede utilizar para preparar una cirugía o monitorear la recuperación postoperatoria. Otra aplicación no oncológica es valorar la eficacia de un tratamiento hormonal, diagnóstico de problemas en las mamas cuando hay trastornos hormonales y en algunos casos de reproducción asistida. Esto se debe a que las hormonas externas pueden alterar la estructura de las mamas.
Se recomienda llegar con anticipación el día del estudio ya que se debe llenar un formulario, presentar documentación médica relevante, identificación oficial, etc. Si el estudio es contrastado, el primer paso sería administrar el medio de contraste (gadolinio) por vía intravenosa. Una vez que la paciente está lista para ser sometida al estudio, debe retirar objetos metálicos e ingresar a la sala de resonancia.
Una vez dentro de la sala de resonancia, la paciente debe recostarse boca abajo sobre la camilla que se deslizará hacia el interior del resonador, un gran dispositivo circular con un orificio en el centro.
La posición boca abajo suele ser bastante cómoda. La paciente debe permanecer de esta forma entre 20 y 50 minutos en lo que se obtienen las imágenes. No duele el procedimiento pero se pueden escuchar ruidos fuertes. Para ello, la clínica generalmente proporciona tapones para oídos o auriculares especiales que también se utilizan como una herramienta de comunicación con el radiólogo que está en otra sala.
Es importante reportar cualquier síntoma extraño ya que puede ser una reacción alérgica al medio de contraste (estos casos son raros). De igual manera, es importante que la paciente permanezca en el centro diagnóstico después del estudio para que el personal de salud pueda reaccionar en caso de presentar una reacción alérgica. Si el estudio ha sido simple, es decir, sin contraste, la paciente se puede retirar inmediatamente después de la toma de imágenes.
Para eliminar el medio de contraste del cuerpo, se recomienda ingerir más líquidos y no amamantar durante las siguientes 48 horas (la leche materna debe desecharse).
Los resultados suelen tardar unos días en estar listos, ya que además de las imágenes, requieren de una interpretación especializada. Es posible que el tiempo de espera se reduzca conforme avanza la tecnología, ya que se están desarrollando sistemas informáticos que permiten analizar los datos de forma más rápida y precisa.
Ver también: ¿Qué es y para qué sirve una resonancia magnética?
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