Vasco de Quiroga 3900, Cuajimalpa de Morelos 05348
El ciclo de la ansiedad es un proceso repetitivo que refuerza los síntomas de la ansiedad, haciéndola más persistente y difícil de manejar con el tiempo.
1. Pensamiento Ansioso: Todo comienza con un pensamiento o preocupación que genera ansiedad. Puede ser un pensamiento catastrófico o una interpretación negativa de una situación.
2. Síntomas Físicos: Este pensamiento ansioso desencadena una respuesta fisiológica en el cuerpo, como palpitaciones, sudoración, tensión muscular, respiración rápida, entre otros. Estos síntomas son parte de la respuesta de “lucha o huida” del cuerpo.
3. Comportamiento de Evitación: Para evitar la incomodidad de estos síntomas y el miedo asociado al pensamiento ansioso, la persona tiende a evitar las situaciones o estímulos que cree que los provocan. Esta evitación puede aliviar temporalmente la ansiedad, pero a largo plazo refuerza la creencia de que la situación es peligrosa.
4. Mantenimiento y Refuerzo: La evitación y la huida de las situaciones temidas impiden que la persona confronte y aprenda que esas situaciones no son realmente peligrosas. Esto refuerza los pensamientos ansiosos originales y hace que la persona siga atrapada en el ciclo.
5. Aumento de la Ansiedad: Con el tiempo, el ciclo se repite y se intensifica. Cada vez que la persona evita enfrentarse a la situación, la ansiedad se incrementa, lo que perpetúa el ciclo y hace que la persona se sienta más atrapada.
Para romper este ciclo, se utilizan diversas estrategias en terapia, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), que ayuda a las personas a confrontar y reevaluar sus pensamientos ansiosos, aprender técnicas de relajación y exponerse gradualmente a las situaciones temidas en un entorno controlado.
07/09/2024