Dra. Aline Herrera Rangel

Trastornos de lenguaje

Un trastorno del desarrollo del lenguaje es la dificultad que presenta un niño o niña para expresar o comprender los mensajes hablados. Debe ser evaluado por un especialista en patología del lenguaje cuando: ya tiene dos años y usa menos de 50 palabras o no las combina en pares (Mamá agua), tiene tres años y no dice oraciones sencillas o tiene tantas fallas de pronunciación que no se comprende lo que dice, tiene cuatro a seis años y sigue pronunciando mal, o no establece una conversación; en cualquier edad, cuando el pequeño parece no comprender las indicaciones que se le dan. Acudir con un profesional certificado en tratar los problemas de comunicación de los niños es la mejor opción.

Pérdida auditiva relacionada con la edad

Los problemas auditivos afectan sensiblemente la calidad de vida de los adultos mayores: al disminuir su capacidad para comunicarse, pueden llegar a aislarse de su propia familia, poniéndoles en riesgo de depresión; también se incrementa su riesgo de presentar caídas y otros accidentes. Además, cuando existe una pérdida auditiva prolongada, no sólo se afectan las zonas cerebrales de la audición: también pueden afectarse la memoria, la atención, la concentración y otras funciones del cerebro cuya pérdida en conjunto llamamos demencia. Dar tratamiento temprano a un problema de audición también significa proteger nuestras capacidades mentales o las de un ser querido.

Sordera

Con frecuencia, una persona con pérdida auditiva (hipoacusia) no se da cuenta de este problema hasta que afecta su vida diaria. Esto ocurre porque la mayoría de las pérdidas auditivas avanzan poco a poco y nuestro cerebro tiene formas de adaptarse: prestar más atención cuando nos hablan, observar el rostro y labios de quien nos habla, tomar claves del entorno, y otros medios que suelen ser inconscientes. Al final del día, todo este esfuerzo adicional por escuchar y entender causa fatiga y malestar. La única manera confiable de saber si se tiene hipoacusia y su severidad es por medio de una audiometría clínica realizada por un profesional. Póngase en manos de médicos audiólogos certificados.